martes, 8 de julio de 2008

Blue velvet. David Lynch

Ficha Tecnica.
Titulo Original: Blue Velvet
AÑO: 1986
Duracion: 120 minutos.
DISTRIBUIDORA: Filmax
Productora: MetroGoldwynMayer
FilmaffinitySONIDO: Stereo (Inglés, español)SUBTITULOS: Castellano, inglésDURACION: 115 minutosTIPO DE DISCO: DVD 9 (1 cara y 2 capas) ZONA: 2 (PAL)
Direccion y Guion: David Lynch.[1]
Productor: De Laurentis.
Musica: Angelo Baladamenti.
Fotografia: Frederick Elmes.
Reparto:
Isabella Rosellini: Dorothy Vallens
Dennis Hopper: Frank Booth.
Kyle Mac Lachlan: Jefrey Beaumont.
Laura Dern: Sandy
Dean Stockwell
George DickersonJohn Nance

Es curioso constatar la innegable relacion de Blue Velvet con la posterior Mulholland drive, algunos aspectos tematicos como el sexo, la violencia, el suspenso, el ambiente policiaco, la corrupcion, el misterio, el ambiente artistico, así como la reiteracion de lugares comunes en las peliculas de Lynch. El club el silencio, y el slow, las cantantes, las carreteras con vertiginosos automoviles. Me hacen pensar que es una especie de precuela o una version rudimentaria de la aun mas enrarecida carretera perdida.

Al iniciar, cuando de presentan los creditos principales y el nombre de Lynch aparece unas tres veces, por Screennplay, guion y direccion, junto al de los actores y productores, se hace sobre un extraño fondo que en realidad es la bata de isabella rossellini, el terciopelo azul que ondula continuamente y le da el nombre a la pelicula.

En Lumberton, un idílico pueblo norteamericano, Jeffrey (MacLachlan) encuentra una oreja cortada en un descampado. Este hallazgo estimulará su curiosidad, llevándole a convertirse en un detective furtivo ayudado por su amiga Sandy (Dern). Ambos descubren la penosa situación de una cantante de nightclub, Dorothy Vallens (Rossellini), extorsionada por un psicópata (Hopper). La inmersión de Jeffrey en los puntos más oscuros de este misterio y su oscilante relación con Vallens lo sacará del familiar ambiente diurno en que siempre ha vivido para hacerle conocer el lado más sombrío de cualquier paraíso cotidiano.

Y es que, en referencia a lo tradicional en el cine, muchos aspectos de esta película juegan con nuestro subconsciente parodiando y satirizando multitud de situaciones típicamente cinematográficas (por su familiaridad y recurrencia) mediante una intertextualización que pervierte su sentido. Así, no es difícil reconocer numerosas situaciones propias de las comedias y dramas para adolescentes de los años 50 y 60, como los paseos en descapotable, el típico bar en que los protagonistas beben unos batidos, etc: arquetipos norteamericanos de clase media. Es curioso comprobar, pues, cómo, pese a ser una película declaradamente situada en los 80, no son muchos los detalles que nos obligarían a encuadrarla en estos años: al igual que Tarantino (o quizá éste lo aprendiera de Lynch), la mezcla de elementos de diferentes décadas no obliga a decantarse por una en particular. Como el aderezo de la soberbia banda sonora basada en temas de esa misma época. Formalmente también encontraremos referencias al film noir o a las películas de intriga y suspense; y no es en absoluto ajena la influencia de cierto cine de autor: en especial me decanto por una camuflada mirada a la nouvelle vague y sus precedentes.

David Lynch trata de retratar en su película las sombras que se esconden tras cualquier mundo idílico. En este sentido, son numerosas las referencias pop (es difícil decir culturales) estadounidenses de las últimas décadas, que en muchas ocasiones parecen llevarnos a la afable simplicidad de una ilustración de Norman Rockwell. Sin embargo, tras esta aparente quietud y armonía diurnas, mil veces reconocida en las primeras escenas de la película (las rosas ante la valla, el bombero saludando, etc), se esconde un submundo nocturno de sufrimiento y violencia. Son las pesadillas no reconocidas del conservador sueño americano las que se encuentran aquí retratadas: vicio, drogas, violencia, sexo, etc.

Y, como una Alicia en el País de las Maravillas o como en El Mago de Oz, un adolescente perteneciente al mundo de la alegría y la normalidad descubre una puerta a lo sórdido e insano, sea ésta la oreja o la calle Lincoln, canalizádose en fin su curiosidad a través de la indecisión dicotómica que siente por las dos mujeres que atraen su atención: la femme fatale Vallens y la muy típica chica norteamericana Sandy. En este sentido, y declarando descubierta la dualidad que conforma la película (dia/noche, tranquilidad/violencia, sexo/amor), encontramos en el psicópata Frank Booth el propio reflejo malvado de Jeffrey.

Todo ello, como decimos, en un escenario insoportablemente irreal, aunque construido con un reflejo lo más perfecto posible de la realidad, en la que elementos muy significativos, pero secundarios, y que, por tanto, no llegan a distraer nuestra atención de la trama, son nuestras propias llaves hacia la demencia, como lo son para Jeffrey. En este sentido, parece ser una especialidad de Lynch la creación de imágenes memorables, sin duda inolvidables y que hacen reconocible la película en solo una toma: la oreja cortada, la bata de terciopelo azul, el inhalador de Frank, el cadáver de pie en casa de Vallens, etc.


INSERTS
Por otra parte, Lynch también aporta un medio menos tradicional en la praxis cinematográfica: igual que una historia lineal, basada en la prosa, y una música ambiental favorecen la impresión de narración, súbitos flashes de escenas alegóricas (insectos, velas, carteles) acompañados de ruido, dotan repentínamente a la recepción de la historia un aspecto violentamente poético, alegórico, que nos impacta con la misma efectividad que la propia narración, y la complementa de manera adecuada. Es verdad que esto no es un recurso nuevo, pero tampoco es un plagio como tantas veces lo ha sido y lo será.

En resumen, una película molesta, oscura y que quiere sacudir conciencias, que nos hace plantearnos los componentes típicos de conceptos como bien/mal, pureza/suciedad, dignidad/castigo, etc. A mi parecer, quizá la mejor película de la filmografía de un director que aún hoy demuestra no haberse acomodado con su propia manera de filmar, que investiga nuevos formatos en televisión y del que aún esperamos mucho.

La pelicula comienza mostrando la localidad maderera de Lumberton, Carolina del Norte, (Welcome to Lumberton) contexto en donde se desarrolla la historia cual paraiso de comercial de los años cincuenta sesenta, hermosos jardines de suburbio con flores amarillas y rojas, un niño jugando apaciblemente en un jardin y un camion que pasa de bomberos con un entusiasmado funcionario a bordo saludando, es la perfeccion encarnada del estilo ideal de vida de los norteamericanos, todo el sosiego del bienestar material acompañado de la aparente armonia social, varias de estas escenas se presentan en camara lenta para hacerlas mas atractivas y enfaticas en su carácter publicitario. En medio de este idilio un señor de edad (padre de.....) que riega el jardin es atacado súbitamente por un dolor en el cuello que lo hace caer estrepitosamente en el prado sin soltar la manguera que sigue lanzando agua hacia arriba, en seguida llega un perro que juguetea con ella, luego la camara se desplaza por el prado hasta encontrar en zomm in primerisimo plano a dos escarabajos que se contonean extrañamente, todo esto en camara lenta y acompañado de una melodiosa balada de la epoca. Desde este momento los espectadores avisados pueden intuir que tras un velo de apariencias complacientes se pueden ocultar las situaciones menos agradables que al estilo de Lynch van surgendo de improviso y con un orden particular.[1] De hecho al parecer lo que hace lynch a traves de este filme es desenmascarar aspectos sordidos de la sociedad norteamericana a pesar de sus disfraces. Sacar a relucir toda la podredumbre de the american way of life.

Curiosamente el punto de giro se da muy lejano a los primeros veinte minutos de la pelicula, recien al inicio cuando .... el protagonista que se entretiene lanzando piedras al horizonte encuentra entre el prado una oreja humana
[1] Aunque en esta historia se pueden diferenciar claramente, inicio, nudo y desenlace junto a otros elementos constitutivos del modelo representativo institucional (M.R.I) como el hecho de que casi la totalidad de los elementos tengan su justificacion, me produce la impresión de que el director y sus realizadores se mueven en las fronteras del modelo de arte y ensayo, por la forma de narrar algunos acontecimientos que producen un inquietante efecto de extrañamiento en el espectador.

3 comentarios:

LiamMalakian dijo...

gracias por tus consejos :) .
ya se q si los bajo seria mas comodo, pero entonces si me flipo (suelo hacerlo) no me puedo soltar realmente, por eso lo pongo todo tan alto - para poder moverme,aunq me cueste llegar alguna vez; y si es una cancion trankila, entonces sí q puede resultar aun mas dificil, pero bueno, asi me lo paso mejor, teniendo q esforzarme, digamos. aprendi a tocar observando a Dave Grohl de Nirvana (pero no por eso pongo las cosas casi igual q él (solo q pongo un base mas, por influencia de Muse D), he probado otras maneras y asi es como mas me gusta);aunq realmente va por epocas, a veces mola poner el charles bajisimo. bueno, saludos. (estoy leyendo "Un mundo feliz", por cierto)

LiamMalakian dijo...

mmm

LiamMalakian dijo...

Mmmm, ví el myspace ese que me pasaste :)
parece que los tios se lo toman en serio, sip, aunque la verdad es que no me suele gustar mucho ese estilo. ahora mismo suenan The Doors aqui.Tengo algunos videos subidos en youtube, si te interesan, no son gran cosa, pero bueno, los de los conciertos son de hace tiempo (de hecho hay dos videos del primer concierto que di como bateria (no encontrabamos ninguno, asi q me puse a aprenderla yo)) y estos dias grabo videos en casa tocando la guitarra. http://es.youtube.com/user/LiamMalakian